DADO que nos encontramos en un almacén repleto de mesas geométricas, cada una con una cifra.
Y DADO que solo saldremos de aquí si sabemos qué mesas son redondas sin verlas.
Y DADO que para conseguirlo, debes medir todas las mesas desde el centro hacia afuera con un metro antiguo de madera.
Y DADO que anotamos las cifras escritas encima de las mesas y la medición que hacemos de ellas; en azul las mesas redondas y en rojo las demás.
Y DADO que al fondo descubrimos una máquina polvorienta con ranura, dos neuronas esféricas y un botón que dice "Entrenar".
CUANDO introducimos nuestros datos y activamos la máquina.
ENTONCES los planos de las neuronas aprenden a separar en la pantalla los puntos rojos de los azules.
Y DADO que tras el entrenamiento, encontramos cajas numeradas y la pregunta: "¿Dentro hay una mesa redonda?".
CUANDO insertamos esas cifras y pulsamos "Predecir".
ENTONCES la máquina responde con sorprendente precisión.
Y ENTONCES comprendemos que en la mesa de Schrödinger no importa saber de geometría, sino de muchas mesas.
Y ENTONCES despertamos del sueño.